Clases de apoyo y educación popular para luchar contra la deserción escolar

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Clases de apoyo y educación popular para luchar contra la deserción escolar


Fecha Publicación: Lunes, 21 de Febrero de 2011 -DIARIO EL LITORAL

Más de 300 chicos carenciados van a los 35 comedores del Movimiento Barrios Unidos para recibir ayuda educativa. La pobreza, el trabajo infantil, el analfabetismo, la violencia doméstica y las drogas son los problemas que en muchos casos les impiden asistir a la escuela.

El apoyo escolar se convierte en una herramienta empleada para que los chicos eviten dejar el colegio.

EL DATO
Los apoyos escolares funcionan en los comedores comunitarios de los
barrios Astilleros, Patono, Ongay, Irupé, La Olla, Medrano Sur, Loma Alta,
Quintana, Caracolero, Río Paraná, Santa Teresita y Bejarano.



El inicio del ciclo lectivo no sólo implica el regreso a las aulas para algunos chicos, sino también la necesidad de contar con clases de apoyo educativo, sobre todo en algunas de las barriadas más carenciadas de la ciudad donde las agrupaciones sociales deben luchar contra la alta tasa de deserción escolar, el índice de analfabetismo y la violencia. Referentes del Movimiento Barrios Unidos, que brinda asistencia escolar a más de 300 chicos de 35 barrios carenciados de la ciudad, indicaron que los principales problemas con los que deben afrontar los chicos es la falta de hábitos e incentivo en el estudio, las drogas y la carencia de materiales didácticos.


En los movimientos sociales que ofrecen asistencia a los moradores de las barriadas más carenciadas de la ciudad, no sólo brindan alimento, sino también en algunos casos dan apoyo escolar para los niños y jóvenes. “Además de ofrecer a los chicos un almuerzo o una merienda, nos dimos cuenta de que los niños necesitaban un complemento a la educación que reciben, principalmente por los múltiples problemas que tienen y la dificultad que tienen a la hora de ir a la escuela. Por eso desarrollamos clases de apoyo escolar en los comedores con aproximadamente 350 niños”, señaló a El Litoral, Soledad Ross, “educadora popular” y miembro del Movimiento Barrios Unidos.


La realidad que les toca vivir a los chicos suele ser un impedimento a la hora de poder estudiar y acudir a las escuelas. ”La mayoría de los niños y jóvenes que vienen están inmersos en diversos problemas como por ejemplo la necesidad de trabajar para ayudar a sus familias numerosas, el peligro de las drogas y la violencia doméstica y la extrema pobreza, lo que hace que los índices de deserción escolar sean muy altos en los barrios donde estamos”, explicó la dirigente barrial.
“Hay alumnos que tiene que abandonar la escuela porque deben ayudar a mantener a sus familias pues con los ingresos de sus padres, que muchas veces son changas, no alcanza y por ello deben salir a la calle”, precisó Ross.


Los apoyos escolares que dependen del Área de Educación de Barrios Unidos funcionan desde hace 6 años en los comedores comunitarios de los barrios Astilleros, Patono, Ongay, Irupé, La Olla, Medrano Sur, Loma Alta, Quintana, Caracolero, Río Paraná, Santa Teresita y Bejarano, entre otros.


Dentro del panorama por el que atraviesan los chicos que concurren a las clases de apoyo del movimiento se encuentra la falta de motivación y la condición de los padres. “La dificultad con los niños es que, al no contar con figuras paternas por el trabajo, no crean desde pequeños el hábito del estudio; además en muchos casos los padres son analfabetos y no pueden ayudar a sus hijos, por lo que debemos hacer hincapié en el apoyo para que no abandonen la escuela”, dijo.
“Nosotros trabajamos “a pulmón” con un grupo docentes y estudiantes que nos ayudan con las clases de educación popular de manera desinteresada, ya que la educación es una de las herramientas fundamentales para el desarrollo de la persona”, manifestó la dirigente.

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