Más de 170 personas viven hace más de un año asentadas en el Galván III

SOLICITAN ASISTENCIA DEL ESTADO Y AYUDA DE LA SOCIEDAD

Diario El Litoral
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AGUA. La lluvia se acumula peligrosamente en el asentamiento.
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El asentamiento se encuentra ubicado sobre la calle Alberdi y viven familias en una grave situación de vulnerabilidad. Los predios registran agua acumulada de lluvia y gran cantidad de residuos. Solicitan ayuda ya que están desde agosto de 2012.

Desde hace más de un año cientos de personas viven en unos terrenos del barrio Galván II, usurpado por la falta de terrenos propios, donde conviven peligrosamente con agua de lluvia acumulada entre distintos tipos de residuos. Los habitantes del lugar señalaron que solicitan asistencia del Estado pero que muchas veces les fue negado ya que los predios ocupados fueron ilegalmente usurpados.
En el lugar cuentan con unas casillas de maderas donadas las cuales son utilizadas como comedor comunitario para los cientos de chicos que viven en el lugar. Se trata de un asentamiento con familias en grave estado de vulnerabilidad.
“Desde hace más de un año que estamos en este predio y jamás recibimos ningún tipo de asistencia a pesar que las condiciones en las que vivimos están a la vista”, señaló en diálogo con El Litoral, María, una de las okupas que vive en el asentamiento de la calle Alberdi, más conocido como Galván III. “Hay cientos de niños y menores y jamás recibimos algún tipo de ayuda”, añadió Nélida, otra de las habitantes del terreno.
En el lugar se encuentran decenas de casillas precarias construidas de madera, plásticos, lonas, chapas y cartones y donde se encuentran grandes cantidades de residuos y agua estancada de
 
 
El asentamiento se encuentra ubicado sobre la calle Alberdi y viven familias en una grave situación de vulnerabilidad. Los predios registran agua acumulada de lluvia y gran cantidad de residuos. Solicitan ayuda ya que están desde agosto de 2012.

Desde hace más de un año cientos de personas viven en unos terrenos del barrio Galván II, usurpado por la falta de terrenos propios, donde conviven peligrosamente con agua de lluvia acumulada entre distintos tipos de residuos. Los habitantes del lugar señalaron que solicitan asistencia del Estado pero que muchas veces les fue negado ya que los predios ocupados fueron ilegalmente usurpados.
En el lugar cuentan con unas casillas de maderas donadas las cuales son utilizadas como comedor comunitario para los cientos de chicos que viven en el lugar. Se trata de un asentamiento con familias en grave estado de vulnerabilidad.
“Desde hace más de un año que estamos en este predio y jamás recibimos ningún tipo de asistencia a pesar que las condiciones en las que vivimos están a la vista”, señaló en diálogo con El Litoral, María, una de las okupas que vive en el asentamiento de la calle Alberdi, más conocido como Galván III. “Hay cientos de niños y menores y jamás recibimos algún tipo de ayuda”, añadió Nélida, otra de las habitantes del terreno.
En el lugar se encuentran decenas de casillas precarias construidas de madera, plásticos, lonas, chapas y cartones y donde se encuentran grandes cantidades de residuos y agua estancada desde las lluvias. “Cada vez que llueve esto es una laguna y es un foco infeccioso. Desgraciadamente cada vez que pedimos al Estado que nos ayude o nos asista nos dicen que no pueden porque el terreno está judicializado y no pueden promover nuestras actividade”, añadió María.
Los habitantes ingresaron ilegalmente a los terrenos el 8 de agosto del año pasado y hasta ahora cuentan con precarias conexiones de electricidad y agua.
“Nos donaron unas casillas de madera que usamos como comedor comunitario, pero muchos días no contamos con la mercaderías necesaria y debemos ingeniarnos para poder dar de comer a los cientos de niños. Inclusive no tenemos sillas ni mesas y solicitamos a los vecinos y ciudadanos que nos ayuden”, añadió Nélida. “Muchos vecinos nos ayudan con mercaderías y productos pero en algunos casos no alcanza y tenemos que darle de comer a los chicos todos los días, no depender exclusivamente de los comedores que funcionan de lunes a viernes”, explicó María.
Según un relevamiento realizado por estudiantes de la carrera de Trabajo Social, en los terrenos viven aproximadamente unas 172 personas de los cuales un gran número son niños de menos de 9 años. 
“Estamos acá por necesidad y porque no contamos con otro lugar adonde ir. Inclusive varias veces reclamamos condiciones digna de vida pero fuimos reprimidos por la Policía”, señaló una de las mujeres que vive en el predio de la calle Alberdi y formó parte de varias de las manifestaciones realizadas en las inmediaciones del puente interprovincial.
“Queremos que alguien nos ayude porque no contamos con otro lugar adonde ir y en estos terrenos hay mucho peligro con las enfermedades contagiosas debido a los residuos que hay y al agua que queda acumulada”, añadió María

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