MANIFIESTO DE REPUDIO a la IMPOSICIÒN de la CRUZ en la BANDERA de la CIUDAD de CORRIENTES



Bandera de la Ciudad de Corrientes

No solo no corresponde incluir antirreglamentariamente la "cruz de los milagros" en su diseño,

sino que es hora de dejar de festejar la ignominia del exterminio de los Guaraníes




Las Organizaciones Sociales, Culturales, Políticas y de Derechos Humanos y Ciudadanas y Ciudadanos de la Ciudad de Corrientes ante el pretendido cambio a la Bandera de la Ciudad luego de haberse aprobado por el Jurado el concurso pertinente, y la actitud de la más rancia oligarquía conservadora mitrista y del Arzobispo de Corrientes, manifestamos que:



Monseñor debería ponerse en el sendero papal y dejar de reivindicar aspectos vergonzosos de una iglesia que fue ariete de la colonización y la masacre más grande de la historia de la humanidad (90 millones de muertos en todo el continente). Tal milagro no puede ser fundante de "la correntinidad" ni tener sitial de privilegio en nuestra historia. Ya en 1805 el obispo Lué y Riagá, cuestiona el carácter del milagro crucífero por entender que “se festejaba la victoria contra el infiel”, disponiendo, por tanto, que la celebración se haga en su defecto, como recordatorio de la invención de la cruz, empezando así la dicotomía entre el tercer día de abril y/o mayo.

En efecto, en 1773, el acta del Cabildo local lo señala como el “día el en que se enarboló el Real Estandarte y tomaron posesión las armas españolas de estas tierras y de los notorios milagros con que ha manifestado dicha Santa Cruz su protección”.

Durante nuestra infancia, en la escuela, nos adoctrinaban para celebrar el 3 de abril como el día de la fundación de Corrientes, y nos enseñaban a colorear prolijamente un par de “infieles”, uno tratando de quemar una cruz y otro caído bajo un rayo fulminante. Primero se atribuía el relámpago a un designio divino, luego se fue extendiendo la aserción de representar el fuego de un arcabuz español como el causante de la muerte de los “infieles”. Exterminados físicamente, exiliados de sus propias tierras, sometidos a la esclavitud, desposeídos de su cultura, se les impuso –de diversos modos- un modelo económico, político, social y cultural con principios por completo ajenos. Luego invisibilizados por la historia oficial mitrista, al punto de llegar a prohibirse el uso del guaraní en las escuelas.

Derogado el 12 de octubre como celebración del día de la raza y la conquista, pensamos superada esa exclusión de nuestra raíz aborigen y concluido el capítulo de considerarnos descubiertos. Eduardo Galeano sostiene que el calendario de la conquista refleja que “había nacido esta realidad que hoy vivimos a escala universal: un orden natural enemigo de la naturaleza y una sociedad humana que llama “humanidad” a la quinta parte de la humanidad” (Uselo y Tírelo).

El 12 de octubre de 1492, tanto como el 3 de abril de 1588, representan la ruptura de un proceso histórico autóctono, que el centralismo europeo desconoce, conformándose durante cientos de años de un proceso pretensamente civilizatorio sostenido en el trabajo y la explotación de los invadidos, con un impacto, por sus dimensiones, que todavía previve.

Aldo Avellaneda, en su trabajo de investigación titulado: “La Cruz de los Milagros Una pieza central/local en la colonialidad del saber/poder”, analiza el rol de la religión en la construcción del imaginario popular regional y sostiene que “la hegemonía casi absoluta de la visión religiosa en la construcción de la historia en Corrientes, cuando no fue el turno de su contrapartida liberal, tan eurocéntrica como ella, ha posibilitado en definitiva que la cosmovisión indígena sobre nuestra historia fuera sistemáticamente invisibilizada. El material que existe sobre la “cultura guaraní” corre por circuitos de circulación que nada tiene que ver con la interpretación del papel del indígena como mano de obra gratuita, esclavo, carne de cañón en las batallas de sus conquistadores. Más allá de algunos ejemplos destacables no existen trabajos –a nivel de una historia socio-económica y cultural– que aborden el despojo y la dominación sufridos por los nativos a manos de los españoles primero y de los criollos (en fuerte relación con franceses e ingleses) después, en estas tierras”.

Esa deuda histórica con nuestra propia identidad guaraní no puede ser mancillada con visiones anacrónicas ya adentrados en el tercer milenio.

Poco importa si el trámite de diseñar y elegir una nueva bandera duró más o menos; cuatrocientos años fueron más que suficientes para sostener la crueldad del exterminio como parte de la historia oficial de la fundación de Corrientes. Pero no por ello deja de ser menos agraviante que, cumplidos todos los pasos reglamentarios, habiendo votado el jurado, luego, tras una visita de concejales capitalinos a Monseñor, se pretenda cambiar el resultado, que podrá gustar más o menos, pero debe ser respetado en sus formas y en su resultado, como obra del joven artista correntino Manuel Echavarría.

Previsoramente, Manuel preparó dos modelos para concursar, el que ganó y otro similar incluyendo la “Cruz de los Milagros”, porque se imaginó prematuramente el debate sobre su ausencia; cosa que no fue tenida en cuenta por el jurado que eligió ganador al modelo que no la incluía. Pero Manuel tuvo razón; conocido el resultado empezó –no un debate- sino una presión lisa y llana para incluir el símbolo religioso en la nueva bandera. No se reparó en la inclusión de nuestros jóvenes, Héroes de Malvinas, ni en el rescate de Andresito Guazurarí, ni en la resignificación de los colores patrios del pabellón nacional con una visión de paz, más acorde a los tiempos actuales. Nada de eso sirvió, y así nos encontramos en la víspera de que el Concejo Deliberante consagre un retroceso fenomenal, teñido de ilegalidad e inconstitucionalidad.

Finalmente cabe recordar que somos un estado laico por mandato constitucional y que la pretensión de cambio es como querer reemplazar el sol de la bandera argentina por una cruz, porque tiene la misma dimensión violatoria.

Frente a ello no puede haber tolerancia ni silencio. Exhortamos al Honorable Concejo Deliberante a cumplir con el veredicto final del Jurado, ya que se según las Bases y Condiciones el fallo del mismo es inapelable. Caso contrario, agregar “la cruz de los milagros” a la Bandera ésta sería lisa y llanamente un “mamarracho”, estética y legalmente.



Adhieren:



Orlando Pascua –Trabajador de Prensa-Combatiente de Malvinas – Coordinador Nacional Red Compromiso Social por Malvinas

Mario Marturet – Referente de los Derechos Humanos de Corrientes

Nicolás Toledo - Secretario de Comunicación de ATE Corrientes

Dalia Canteloro, Asoc. Ex Presos Políticos de Corrientes - DNI 10779589

Arturo Helman, Periodista y Escritor DNI 13636168

Francisco Fidel Villar - Militante por los Derechos Humanos DNI 24.411.926

Gustavo Monteleone – Carta Abierta

Alberto Ruiz Díaz - Periodista, Agrimensor Nacional. (Vive el espíritu libertario del Cacique Canindeyú. Viva la Patria, diversa, fraternal, nacional y popular)

Grupo Guácaras:

Pablo Almirón, director y guionista

Marcel Czombos, Director y productor

Horacio Fernández, actor

Carlos Kbal, sonidista y productor

Lorena Busciglio DNI 29.395.682 - Germinal Teatro

Rosmari Alegre DNI 32.880.115 - Germinal Teatro

Movimiento Barrios Unidos

La Colectiva

Revista Ñande Gente

Agrupación Unión Estudiantil Latinoamericana

Frente Transversal Nacional y Popular

Foro Artiguista de Corrientes

Carta Abierta

1 comentario:

  1. Fernando Esteban Lozada24 de abril de 2014, 8:02

    https://www.facebook.com/notes/coalici%C3%B3n-argentina-por-un-estado-laico-cael/la-cruz-de-los-milagros-en-la-bandera-correntina-una-provocaci%C3%B3n-a-nuestros-pueb/623366934406504

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