Falleció Doña Hilda Cavallaro de Arqueros , Incansable Luchadora por la Aparicion con Vida, de su Hijo y los Compañeros !!

TRISTE ADIÓS

Falleció esta madrugada Hilda Cavallaro de Arqueros

La madre de Joaquín Vicente “Bocha” Arqueros, desaparecido en época de la dictadura militar, fundadora de la agrupación Madres de Plaza de Mayo en Corrientes y reconocida luchadora por los Derechos Humanos murió en la madrugada de este domingo, a los 91 años.   DIARIO EPOCA  Hilda Arqueros es una reconocida militante de los derechos Humanos en Corrientes y fundó la agrupación Madres de Plaza de Mayo a nivel provincial, junto con la madre de Rómulo Artieda. Cerca de las 4 de este domingo falleció en su casa. La semana pasada había estado internada por problemas respiratorios pero logró salir adelante. Lamentablemente, durante esta madrugada dejó de existir en su domicilio.


Hilda fue una de pioneras en Corrientes de este camino de Memoria, Verdad y Justicia. Hilda de Arqueros es madre de Joaquín Vicente “Bocha” Arqueros. Estudiante de Derecho. Desaparecido 17/11/76- Legajo de Conadep Nº 3054. 28 años. Se destacó en su vida por ser incansable e intransigente, supo enfrentarse al temible Nicolaides en épocas en las que una palabra de más podía significar la delgada línea entre la vida y la muerte, literalmente.

El 18 de junio del año pasado recibió  un reconocimiento de la Presidencia de la Nación, el precio del Bicentenario. Joaquín Arqueros, periodista del diario época y su nieto escribió algunas palabras en ese momento.


"La veo frágil y desmemoriada; la recuerdo fuerte y luchadora. Esa mujer que se enfrento a los militares insultándolos y sin medir las consecuencias, buscando saber donde estaban sus hijos. Hoy, 35 años después recibe el reconocimiento más alto, el de la Presidencia de la Nación, el premio del Bicentenario.


Es mi abuela, Hilda Cavallaro de Arqueros. En... ella se pueden resumir muchas historias y de muchas mujeres. Mujer conservadora que tuvo hijos revolucionarios; uno desaparecido, otro preso hasta el 22 de diciembre del 1983 y, la más chica, de carácter casi idéntico a ella, soportando todo el peso de esta sociedad correntina que estigmatizaba a quienes peleaban por sus ideas.


Yo me crié con ella, durante el tiempo que mi madre estuvo en la cárcel catalogada como presa política. Ruda y amorosa, como buena “tana” de pura cepa. Estricta, sobreprotectora y frontal. Alguna vez fue y se enfrento con Nicolaides, cuando tenía todo el poder del gobierno militar y la sacaron del Regimiento de Infantería 9 con un fusil en la nuca hasta la calle. Le perdonaron la vida, seguramente, quizás a las bestias le quedaba algo de culpa maternal.


Ahora, luego de tantos años, recibe en sus 90 veranos, la distinción máxima que cualquier ciudadano puede pretender, un reconocimiento de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Por esas cosas de la vida se lo entrego un gobernador radical, Ricardo Colombi, pero en realidad, no se lo entrego el Gobernador, sino ese joven estudiante mercedeño que iba a la pensión que tenia doña Hilda por la calle Catamarca, donde solamente residían chicas..."

El acto se hizo en la Casa de Gobierno, en el salón mas grande y el lugar se lo coparon los peronistas que no están dispuestos a que nadie levante una bandera que históricamente es suya, por los recuerdos, por la luchas y por los muertos.

Allí estuvo Ricardo solo, ningún otro radical había en el Salón Amarillo. En la primera fila estaban todos sus adversarios políticos. Creo que hizo un esfuerzo, por doña Hilda y por las otras madres correntinas que quedan vivas y que hicieron las rondas de los jueves en la Plaza Mayo de Buenos Aires, cuando gobernaban los militares.

Quizás este sea al único acto político en Corrientes, en el que los adversarios ideológicos estén cara a cara y lo lograron las Madres, aunque muchos medios intentaron ocultarlo.

Doña Hilda se entero la noche anterior que le entregaría la distinción y estuvo ansiosa, inquieta, alterada. Fue y recibió el reconocimiento de los peronistas, esos contra los que tanto puteo, por que los culpaba de arrebatarle a su hijo “Bocha”. Con los años creo –estoy casi seguro- que se dio cuenta que no fue así, que ellos son los únicos que lo recuerdan y que, de alguna manera, lo mantienen vivo.

Así, de una vez, sin pensar mucho y dejando que mis sentimientos y sensaciones, muevan a mis dedos sobre el teclado escribí estas líneas. Sin mucha reflexión y con mis hijos dando vueltas alrededor mío. No tengo mucho para agregar, solo quise plasmar sensaciones y detalles. Centrarme en mi abuela, no es ni siquiera un homenaje, pues creo que se merece mas. En realidad ella es un ejemplo que me da mucho orgullo, pero que es muy difícil de seguir, si consigo copiar solo una parte de lo que ella lucho, me daré por satisfecho y, seguro, que será mas que suficiente.
 

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