SOLICITAN ASISTENCIA DEL ESTADO Y AYUDA DE LA SOCIEDAD
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El asentamiento se encuentra ubicado sobre la calle Alberdi y viven familias en una grave
situación de vulnerabilidad. Los predios registran agua acumulada de
lluvia y gran cantidad de residuos. Solicitan ayuda ya que están desde
agosto de 2012.
Desde hace más de un año
cientos de personas viven en unos terrenos del barrio Galván II,
usurpado por la falta de terrenos propios, donde conviven peligrosamente
con agua de lluvia acumulada entre distintos tipos de residuos. Los
habitantes del lugar señalaron que solicitan asistencia del Estado pero
que muchas veces les fue negado ya que los predios ocupados fueron
ilegalmente usurpados.
En el lugar cuentan con unas casillas
de maderas donadas las cuales son utilizadas como comedor comunitario
para los cientos de chicos que viven en el lugar. Se trata de un
asentamiento con familias en grave estado de vulnerabilidad.
“Desde hace más de un año que estamos en este predio y jamás recibimos ningún tipo de asistencia a pesar que las condiciones en las que
vivimos están a la vista”, señaló en diálogo con El Litoral, María, una
de las okupas que vive en el asentamiento de la calle Alberdi, más
conocido como Galván III. “Hay cientos de niños y menores y jamás
recibimos algún tipo de ayuda”, añadió Nélida, otra de las habitantes
del terreno.
En el lugar se encuentran decenas de casillas
precarias construidas de madera, plásticos, lonas, chapas y cartones y
donde se encuentran grandes cantidades de residuos y agua estancada
de
El asentamiento se encuentra ubicado sobre la calle Alberdi y viven familias en una grave
situación de vulnerabilidad. Los predios registran agua acumulada de
lluvia y gran cantidad de residuos. Solicitan ayuda ya que están desde
agosto de 2012.
Desde hace más de un año
cientos de personas viven en unos terrenos del barrio Galván II,
usurpado por la falta de terrenos propios, donde conviven peligrosamente
con agua de lluvia acumulada entre distintos tipos de residuos. Los
habitantes del lugar señalaron que solicitan asistencia del Estado pero
que muchas veces les fue negado ya que los predios ocupados fueron
ilegalmente usurpados.
En el lugar cuentan con unas casillas
de maderas donadas las cuales son utilizadas como comedor comunitario
para los cientos de chicos que viven en el lugar. Se trata de un
asentamiento con familias en grave estado de vulnerabilidad.
“Desde hace más de un año que estamos en este predio y jamás recibimos ningún tipo de asistencia a pesar que las condiciones en las que
vivimos están a la vista”, señaló en diálogo con El Litoral, María, una
de las okupas que vive en el asentamiento de la calle Alberdi, más
conocido como Galván III. “Hay cientos de niños y menores y jamás
recibimos algún tipo de ayuda”, añadió Nélida, otra de las habitantes
del terreno.
En el lugar se encuentran decenas de casillas
precarias construidas de madera, plásticos, lonas, chapas y cartones y
donde se encuentran grandes cantidades de residuos y agua estancada
desde las lluvias. “Cada vez
que llueve esto es una laguna y es un foco infeccioso. Desgraciadamente
cada vez que pedimos al Estado que nos ayude o nos asista nos dicen que
no pueden porque el terreno está judicializado y no pueden promover
nuestras actividade”, añadió María.
Los habitantes ingresaron
ilegalmente a los terrenos el 8 de agosto del año pasado y hasta ahora
cuentan con precarias conexiones de electricidad y agua.
“Nos
donaron unas casillas de madera que usamos como comedor comunitario,
pero muchos días no contamos con la mercaderías necesaria y debemos
ingeniarnos para poder dar de comer a los cientos de niños. Inclusive no
tenemos sillas ni mesas y solicitamos a los vecinos y ciudadanos que
nos ayuden”, añadió Nélida. “Muchos vecinos nos ayudan con mercaderías y
productos pero en algunos casos no alcanza y tenemos que darle de comer
a los chicos todos los días, no depender exclusivamente de los
comedores que funcionan de lunes a viernes”, explicó María.
Según
un relevamiento realizado por estudiantes de la carrera de Trabajo
Social, en los terrenos viven aproximadamente unas 172 personas de los
cuales un gran número son niños de menos de 9 años.
“Estamos
acá por necesidad y porque no contamos con otro lugar adonde ir.
Inclusive varias veces reclamamos condiciones digna de vida pero fuimos
reprimidos por la Policía”, señaló una de las mujeres que vive
en el predio de la calle Alberdi y formó parte de varias de las
manifestaciones realizadas en las inmediaciones del puente
interprovincial.
“Queremos que alguien nos ayude porque no
contamos con otro lugar adonde ir y en estos terrenos hay mucho peligro
con las enfermedades contagiosas debido a los residuos que hay y al agua
que queda acumulada”, añadió María
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