LA CHECHA en LA CONFERENCIA de PRENSA EN CORRIENTES.. |
En medio del creciente abordaje de los temas de género, que surgen de
alguna manera por la difusión frecuente de casos de mujeres violentadas,
se presenta una disyuntiva en torno a las formas de difundir
información, que se observa es más generada en términos de mercancía. Es
que con frecuencia, a través del morbo, se busca atrapar a las
audiencias. De estos y otros temas habló con época Cecilia Merchán,
funcionaria de la jefatura de Gabinete de la Nación y fundadora de la
Corriente Política y Social La Colectiva. Entre otros temas, destacó que
en el país por año mueren 255 mujeres víctimas del femicidio. Apuntó
sobre el problema de generar estadísticas del Estado y el bajo presupuesto para atender el problema.
¿Qué nos pasa como sociedad que venimos a consumir información como la difundida a través del caso Ángeles?
Primero, tenemos que intentar no entrar con un látigo a autoflagelarnos. Tenemos que partir de una base de que vivimos en el planeta Tierra,
que nacimos acá y somos formados en una cultura que es una cultura
machista que apuesta a las mujeres en un lugar y los hombres en otros. Y
que, además, esa cultura se va modificando, cercando o consolidando
también de acuerdo a cuáles son las emisiones simbólicas. Y los medios
de comunicación en esto tienen una fuerza increíble de cómo acentuar
determinados estereotipos. El de Ángeles es un tema para analizar
claramente por un montón de motivos y que no se aleja tanto a lo que
fue lo de Norita Dalmazzo, por el nivel de morbo con el que se plantea
la cuestión. En este caso, creo que han sido más cuidadosos con la
víctima en algún punto, porque era adolescente, y no como Norita “que le
gustaba tener relaciones sexuales con hombres por ahí” (dice irónica)
y, además, la llamaban “Norita”. Pero bueno, tiene que ver con eso, con
nuestra formación y cómo los medios también reproducen fuerte
determinado contexto. De hecho con lo de Ángeles, cuando pase, vamos a
poder analizar cómo fue el eje del problema: la inseguridad, después la
cuestión familiar; pero ahora hay un nuevo tema que son los vecinos y
toda la cuestión que rodea el caso de un femicidio.
¿Esta situación se da por una falta formación desde lo académico o pesa más el mercantilismo de la información?
Centralmente, el problema principal es que el paradigma de la
comunicación como derecho todavía no está instalado y seguimos con la
comunicación como una mercancía. Entonces, los periodistas son parte de
una producción de mercancía. Digamos que se tiene el rating como
objetivo; la publicidad, y un montón de cuestiones que genera esto que
pasó con Ángeles, donde el rating explotaba en los canales que llevaban
adelante la noticia con el morbo y todo lo demás. Entender esto es muy
complejo, desandarlo es también una tarea de los periodistas. De las
empresas periodísticas espero poco, pero sí creo que los periodistas
tienen una responsabilidad de cómo abordarlo y como sociedad también.
Desde el Estado, tenemos la obligación de brindar las herramientas para
que podamos leer críticamente los medios.
¿Por qué se vanaglorian personajes como Barreda, el odontólogo que asesinó a su mujer e hijas?
Se da, justamente, por lo que se hablaba de él, de cómo estas mujeres
lo violentaban y la represalia que tuvo después hacia ellas. Pero es
algo repudiable, que se aborde ese humor, se aborde estos chistes, que
tienen que ver justamente con
la versión del macho, que no tolera que efectivamente las mujeres
avancen y tengan determinadas cuestiones. Ese machismo aparece también
no sólo como defensa, sino idolatrando la figura del sujeto que no
soportó la humillación femenina.
Hay algo que surge en la discusión popular, y es ¿Por qué
cuando se habla de género se abordan los temas de la mujer y no del
hombre violentado?
La trata de personas, incluye a hombres y mujeres, pero el 87 por
ciento de la explotación es de mujeres y niñas. Entonces si hablamos de
trata en general vamos a tener un porcentaje muy alto de mujeres. Si
hablamos de violencia de género vamos a hablar de un 99 por ciento de
casos de violencia hacia las mujeres y el 1 por ciento hacia los
varones. Lo que se tiene que trabajar son los estereotipos, es la
ruptura de todo esto para que deje de suceder de esta manera. Nosotros
tenemos que romper con todo esto. No hay 255 hombres asesinados por sus
parejas todos los años, hay 255 mujeres asesinadas. Es cierto que
existen hombres violentados pero es el 1 por ciento. Además, hay que
tener en cuenta que la mujer que violenta, ya ha sido violentada
previamente. ¿Por qué hablamos de las mujeres? porque hacia el año 52 no
votábamos en Argentina porque no podíamos ni siquiera utilizar nuestro
patrimonio en la Argentina hacia mediados del siglo pasado. O sea, no
es que venimos del mismo lugar, entonces estamos todos en igualdad. Eso
es violencia también, y estamos saliendo constantemente de todo eso
porque las mujeres recién pudimos tener la patria potestad de nuestros
hijos en el año `87, porque aun hoy las mujeres seguimos cobrando el 30
por ciento menos por el mismo puesto que ocupa el hombre. Porque las
mujeres seguimos teniendo muchísimos espacios menos de dirección en los
espacios de responsabilidad política y empresaria; porque las mayoría de
los gremios docentes donde el 90 por ciento son mujeres y los que
dirigen son hombres. Y así podemos seguir y seguir y por eso cuando
hablamos de violencia de género en general principalmente lo hacemos de
las mujeres.
¿Por qué el inconveniente de generar estadísticas desde las oficinas estatales?
Hay cuestiones que son básicas, que ya ni siquiera nos las presentamos
como interrogantes. No sólo tenemos una Presidenta mujer, tenemos
gobernadoras, intendentas, ministras en la Corte (Suprema de Justicia),
Ministras en el Ejecutivo y tenemos más del 33 por ciento del cupo en
las Cámaras de diputados y de senadores; o sea, tenemos un avance de las
mujeres que es significativo. Las leyes de Violencia; la Ley de
Femicidio, la Ley de matrimonio igualitario que, si bien no es
directamente, habla de rupturas de estereotipos; la Asignación
Universal; la jubilación para las amas de casa; la Ley para las
trabajadoras de casas particulares. Son un montón de leyes que son
cuestiones políticas que van en esa dirección y que están muy buenas.
Sin embargo, hoy no existe un registro unificado y eso es un problema
porque nunca hubo y ni siquiera existió la inquietud y si empezamos a
hablar de femicidio en Argentina, no es por la cantidad de femicidios,
no es por lo que hizo el Estado, sino por lo que hizo una ONG que se
llama La Casa del Encuentro, que empezó a relevar esta cuestión en todos
lados.
Es la única; la Corte Suprema de Justicia tiene una estadística, muy
interesante de denuncias que llegan a la Corte; ellos abrieron una
oficina pero que justamente atiende en Capital Federal.
Hay esfuerzos conjuntos, aislados, pero el tema se ve como un problema y
eso es un salto adelante; ahora creo que todas las soluciones no están y
son las que se plantean.
Porque si no lo abordamos desde la Escuela, desde la Policía, desde los
medios, hospitales, desde todos los ámbitos, es una problema.
¿Cuánto destina el Ejecutivo a la protección de las mujeres que son violentadas?
Es un presupuesto del 0,27 por ciento y el Consejo Nacional de la Mujer
es el organismo que lo tiene que ejecutar. Es muy pequeño, pero lo
cierto es que todos los ministerios ponen lo suyo; el Ministerio de
Defensa hizo mucho. La Corte, pero todo eso, se tiene que poner más
fuerte en acción.
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